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¡Qué bárbaro!

13 Jul

Si bien mi fuerte no es la historia, mi escueto conocimiento alcanza para mencionar que el término «bárbaro» ya era utilizado en la antigua Grecia para referirse a los extranjeros. Tiempo después, distintos pueblos identificados como bárbaros fueron invadiendo el imperio romano hasta producir su caída. Los galos, germanos, hunos, anglos, sajones, jutos, francos y vándalos eran algunos de aquellos pueblos.

Alguien más versado en el tema histórico podría ratificar o rectificar si el término «bárbaro» llegó a tener la connotación de violento, cruel, debido al temperamento de los pueblos que invadieron Europa bajo dominio romano.

Otra acepción es «bruto, sin educación, tosco, grosero«, tal vez (especulo) por diferenciarse de la cultura y los cánones romanos. Con este significado, no puedo dejar de mencionar la famosa frase del prócer argentino Domingo Faustino Sarmiento, considerado maestro de maestros, quien llegó a presidente de la nación Argentina (1868-1874) (ver vida y obra en http://www.me.gov.ar/efeme/sarmiento/biografia.html) y que en ocasión de la censura y cierre del periódico El Zonda escribió:

«¡Bárbaros! Las ideas no se matan».

Lo llamativo del caso «bárbaro» es que además de los dos significados antes citados y cierta conexión entre ambos, existe un tercer uso absolutamente contrario y muy utilizado en Argentina, que transmite la idea de maravilloso, extraordinario, excelente, o bien antecedido de «qué» para conformar la interjección que denota asombro: ¡Qué bárbaro! O cuando algo nos parece incorrecto, injusto o nos preocupa decimos:  ¡Qué barbaridad!

Y sí…los argentinos somos, en muchos aspectos, unos bárbaros. Siempre prestos a opinar barbaridades por el gusto de hablar. Nos quejamos de la barbarie ajena, y muy de vez en cuando, la pasamos bárbaro.

 
 

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2 Respuestas a “¡Qué bárbaro!

  1. Enrique F Granados González

    julio 13, 2011 at 14:48

    En eso parece que no nos diferenciamos mucho los españoles porque aquí también se dice «¡qué bárbaro!» de algo espectacular en grado sumo y hablamos «de barbaridades» que se puedan haber cometido o incluso que alguien está diciendo barbaridades, denotando que está diciendo tonterías, sandeces, etc.

    Por cierto, te sugiero una palabra fascinante para uno de tus comentarios: «Especular» Actualmente la utilizamos para referirnos a «conjeturar», pero hasta hace muy poco este verbo se reservaba para meditaciones filosóficas. Te recomiendo el libro de D. Fernando Lázaro Carreter: El dardo en la palabra en el que habla más extensamente de esa «confusión»

    PD: Perdón por no poner el título del libro en cursiva, pero no se ponerla aquí. 🙂

    Felicidades por los comentarios. Son «bárbaros»

     
    • Marisa C. de Nohara

      julio 14, 2011 at 1:51

      Gracias por tu comentario, Enrique. Celebro que compartamos también este término ¿no es bárbaro? En cuanto a tu sugerencia sobre el verbo especular, cual el caso de negocio (negación del ocio), son vocablos que van más allá de mi intensión de dedicarme a localismos, pero me halaga la atención que has puesto en la lectura de mi pequeño texto.
      Un abrazo desde el sur del mundo

       

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